Ilustración tomada de freepik.es

Por: Maikol Picado Cortes.

Debo iniciar indicando que cada día de mi vida es una oportunidad para mejorar, por ello como hombre estoy convencido que todos los días puedo aprender una cosa nueva para que el ejercicio de mi masculinidad sea más positivo, saludable y empático conmigo mismo, con otras personas y el ambiente que me rodea.

Tuve mi primer acercamiento al tema de masculinidades mientras me formaba en la universidad por allá del 2015, posteriormente cuando cursé estudios de posgrado tuve la oportunidad de asistir algunas sesiones al instituto WEM[1] donde asumí con mayor profundidad distintos temas que atañen a la masculinidad, descubrí entonces que cada uno de estos temas estaban estrechamente vinculados a mi vida, el desarrollo de la misma y como me pensaba como hombre y como creía que las demás personas pensaban sobre mi masculinidad, entre los temas que pude abordar se encuentran, la comunicación, los celos, la violencia, las emociones, la sexualidad, salud, empleo, entre otros.

Algunos autores como Salas (2001), Campos (2007), Menjívar (2007), han brindado en sus investigaciones distintos datos que reflejan un panorama sobre un inadecuado ejercicio de las masculinidades por parte de los hombres, se indica por ejemplo, “la imposibilidad de integrar emociones dolorosas, elaborar duelos, se señala además, que algunas exigencias de la masculinidad hegemónica hacen que algunos hombres opten por vías rápidas de resolución de conflictos poniendo en riesgo su salud”, en este campo los hombres llevan la delantera en padecimientos como cáncer gástrico, infartos, cáncer pulmonar entre otros, que podrían dar cuenta de estilos de vida, hábitos alimentarios y manejo del estrés y las emociones de forma inadecuada por parte de los hombres.

Otros datos demuestran que las masculinidades mal ejercidas o afianzadas en un modelo patriarcal que promueve el machismo están relacionadas, junto con otros factores, con un incremento en la tasa de enfermedades crónicas, homicidios, suicidios, accidentes de tránsito, mal uso de armas de fuego y violencia en general, las situaciones mencionadas son en su gran mayoría ejercidas y recibidas por hombres.

Por su parte desde el año 2017 el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en su declaración 35/10[2], exponía la importancia del papel de los hombres y los niños como agentes de cambio y sujetos que pueden aportar en la elaboración de políticas públicas para erradicar la violencia que se ejerce sobre las mujeres y las niñas, además, en dicha resolución se reconoce que todas las personas incluyendo hombres y niños, se benefician de la equidad y la igualdad de género, otro aspecto más de la necesidad de trabajar el tema de masculinidades.

Lo mencionado son apenas algunos ejemplos que dan cuenta de la importancia de trabajar el tema de masculinidades y ¿cómo trabajar este tema con grupos de hombres?, primero considero fundamental que aquellas personas que pretendan trabajar el tema hayan pasado por un proceso de sensibilización sobre todas aquellas situaciones que han afectado y afectan a los hombres.

Otro aspecto importante es trabajar el tema a partir de las vivencias individuales de aquellos hombres que están dispuestos hacerlo, para construir en conjunto, maneras alternativas que promuevan estilos de vida saludable, comunicación afectiva y efectiva, buen manejo de emociones, control de la ira, sexualidad, etc. Para ir más allá de las recetas o los manuales que instruyen solo desde una perspectiva el “cómo se debe ser hombre”, es un tema amplio y complejo y no puede ser resuelto a partir de formulaciones que dejen por fuera la diversidad que existe entre aquellas personas que se consideran hombres.

La afectividad y la parte emocional es otro elemento que se debe tener en cuenta al trabajar el tema ¿cómo nos sentimos los hombres ante ciertas situaciones? ¿cómo y por qué actuamos de cierta forma? ¿Qué nos motiva o no a ser como somos? Son preguntas que pueden dirigir el trabajo desde la afectividad y la emocionalidad.

Por último, quiero mencionar la importancia de aquellos aportes que se han desarrollado desde diferentes disciplinas como la medicina, la antropología, sociología, entre otras y que permiten trabajar de forma integral aspectos de la vida de los hombres como la salud, el empleo, relaciones de pareja, paternidad, amor, vínculos, derechos humanos, ocio, etc.

Hay mucho por hacer y por aprender, lo anterior y personalmente, guiado por la pasión de construir un mejor ser humano, compartir el amor que guía una vida empática con los demás, que considere nuestras problemáticas y aquellas que de una u otra forma nos atraviesan, desde el trabajo que realizo en el Centro Agenda Joven en Derechos y Ciudadanía esto será siempre una prioridad.

Bibliografía

Menjívar O, M. Hombres inventados. Estudios sobre masculinidad en Costa Rica y la necesidad de nuevos supuestos para el cambio social. Diálogos Revista Electrónica de Historia. Escuela de Historia. Universidad de Costa Rica. Vol. 8. No. 1, febrero 2007 – setiembre 2007.

Salas C, JM (2001). La Cuestión de la Masculinidad en Costa Rica. Ponencia foro Estado de la nación 31 de octubre 2001. Informe del Estado de la Nación, Capítulo especial acerca de la equidad de los géneros.

https://www.ohchr.org/es/hr-bodies/hrc/regular-sessions/session35/res-dec-stat

https://www.endvawnow.org/uploads/browser/files/This%20is%20How%20We%20Learned%20to%20be%20Men_Spanish.pdf


[1] El Instituto Costarricense de Masculinidad, Pareja y Sexualidad (Instituto WEM) es una Organización No Gubernamental que desarrolla procesos de educación y capacitación con hombres tanto en Costa Rica como en el resto de América Latina en temas de masculinidades, sexualidades y prevención de la violencia. https://institutowemcr.com/

[2] Resolución aprobada por el Consejo de Derechos Humanos el 22 de junio de 2017. “Acelerar los esfuerzos para eliminar la violencia contra las mujeres: participación de los hombres y los niños en la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas y en la respuesta a este fenómeno.