Por: Maikol Picado Cortez

¿Que sabemos las personas jóvenes sobre pobreza?

Quién no ha visto a una persona en condición de indigencia en Costa Rica o las casitas de lata y cartón en algunos cerros de nuestra capital, muchas personas a diario pasan por la pista que va de Tibás hacia San José, y ahí, frente a la mirada a veces desinteresada o incómoda de los transeúntes se encuentra el precario llamado irónicamente «Triángulo de la Solidaridad». En términos generales, esas pinceladas que nos muestran algunos paisajes de nuestra querida tiquicia, es lo que algunas personas conocen sobre pobreza en Costa Rica.

El Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) recientemente publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares 2015 (ENAHO), en la cual sobresalen algunos datos que permiten conocer algo más sobre aquello que llaman pobreza.

Según los datos en Costa Rica el 21.7% de hogares viven en pobreza, para el 2015 se estiman 317 660 hogares en pobreza (21,7%), que concentran 1 137 881 personas, una cuarta parte de la población nacional (23,6%); y el año anterior ese porcentaje fue de (24,6%), lo que implica una disminución en 32 753 personas, sin embargo, el porcentaje de hogares en extrema pobreza se estima en 7,2% (0,5 p.p. superior al año anterior), esto significa 104 712 hogares y 374 185 personas en pobreza extrema.

En la zona urbana el 19,4% de los hogares es pobre y el 5,7% se encuentra en pobreza extrema, mientras que en la zona rural la incidencia de pobreza en términos de hogar alcanza el 27,9% y el 11,1% en pobreza extrema. Por región de planificación, la región Central mantiene la menor incidencia de pobreza y no presenta variaciones respecto al año anterior (17% de hogares en pobreza y 4,5% en pobreza extrema). En el otro extremo se encuentra la región Brunca, que es la que presenta el mayor porcentaje de hogares en pobreza (35,4%), lo que representa 13,7 p.p. más que el promedio del país y no sufre variación para el 2015. La pobreza extrema también es mayor en esta región, con un porcentaje de 13,7% de los hogares; con respecto al 2014 este indicador aumentó 2,1 p.p.

En cuanto a las características de la población que vive en pobreza el informe recalca:
La tasa de desempleo abierto entre los pobres es 4,8 veces más alta que la de los no pobres (25,4% frente a 5,3%), además, la tasa de ocupación se reduce casi a la mitad: 32 personas ocupadas por cada 100 personas en edad de trabajar entre la población pobre, frente a 60 ocupados por cada 100 personas en edad de trabajar entre la población no pobre; la relación de dependencia económica alcanza a 221 personas dependientes económicamente por cada 100 personas de la población en fuerza de trabajo entre los pobres, frente a 94 personas económicamente dependientes por cada 100 personas de la fuerza de trabajo para la población no pobre. Además, entre los ocupados en situación de pobreza, el 77,3% tiene un empleo informal, mientras que entre los no pobres la informalidad se presenta en el 36,6% de los casos.

Por otro lado, respecto a educación, la escolaridad promedio (de personas de 15 años y más) para las personas en pobreza es equivalente a primaria completa (6,4 años), mientras que para los no pobres alcanza el equivalente al III ciclo de la Educación General Básica (9,2 años), es decir, tres años mayor; la asistencia a educación regular entre los 13 y 17 años es 5 p.p. más baja y el rezago escolar, para personas entre 7 y 17 años, es 11,7 p.p. superior, entre las personas pobres, respecto a la población no pobre.

Como se plantea al principio de la nota, los datos al igual que los paisajes nos permiten tener un visión general sobre lo que es pobreza, sin embargo, les invito hacer un reflexión acerca de lo que significa pobreza, a partir por ejemplo, de tener únicamente un tiempo de comida al día, acostarse a dormir con frío o con goteras que mojan durante la noche, a vivir bajo la mirada estigmatizada de «esos son los pobres, los vagos, los indeseables», reflexionemos sobre lo que significa no poder brindar a los hijos las necesidades básicas, vivir excluidos de la «sociedad» e incluidos en la necesidad. La pobreza debe pensarse más allá de los datos o de los paisajes y también superar la visión de los pobrecitos o los vagos que están así por que quieren.

La pobreza debe mirarse integralmente, abordarse desde una perspectiva multifactorial que la compone y construye, a un final cuando se habla de pobreza tenemos que ser conscientes de que se habla de un ser humano como usted y como yo que pasa a diario penurias, que en algunos casos ni siquiera se tiene conciencia de que existen.

Datos de la Encuesta Nacional de Hogares 2015, Recuperado de

http://www.inec.go.cr/Web/Home/Noticia.aspx?id=1

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