Por: Bryan Vargas Vargas
Cuando de grandes discusiones sobre juventud se trata, se suele asociar educación, empleo, grupalidades, consumo, tecnología entre otras, pero poco usual el tema de la vivienda, y me parece fundamental hacerlo porque dadas las condiciones actuales en la que es un servicio que se compra y no un derecho, está determinada precisamente por esas otras frecuentes problemáticas como son la educación, el empleo o las políticas públicas. Diversos son los fenómenos asociados a la juventud y pienso que quizá es necesario agregar una pregunta en los análisis, por ejemplo, si nos ocupamos del nivel educativo y el desempleo, ¿cuáles son las condiciones del hábitat?, si nos ocupamos de la población que migra interna o externamente en determinado país o región, ¿cuáles son las condiciones en términos de vivienda?
Con las medidas tomadas durante la pandemia, desde Agenda Joven nos preocupamos de alguna forma por la calidad de la vivienda, sobre todo porque se convertía también en el espacio educativo. El hogar se convirtió durante largo tiempo a su vez en el lugar de aprendizaje para la totalidad del estudiantado, pero, ¿cuáles son las condiciones del hábitat? ¿reunían las viviendas las características en primer lugar para residir dignamente y además ser el lugar de estudió?
En aquel momento se mostró la significativa disminución de la expectativa educativa en zonas rurales y algunos índices, como que 10,49% de la población joven en secundaria vive en una casa cuyo estado de construcción es inaceptable; el 13,84% están en edad para estar en secundaria, pero aun así no asisten y también viven en condición inaceptable [[1]]. La educación se complejizó desde el hogar, pero el estado material de la vivienda ya era un problema para muchas gentes antes de la pandemia.
Hace algunos días el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad – UNAM publicó que: “Más de la mitad de niñas, niños y adolescentes que viven en zonas urbanas en América Latina y el Caribe reside en hogares con algún tipo de precariedad habitacional, principalmente hacinamiento, pero también en los materiales, agua, saneamiento y energía”.
Lo anterior no solo tiene que ver con la calidad material de la vivienda, también con otros derechos como el agua, saneamiento y energía que poco se discute como problemas atinentes a la juventud. Concuerdo con Masis Morales [[3]], en su artículo “Entre el sueño de construir un hogar y las pesadillas previas a la casa propia: Nuestra ciudad y su exclusión social” en el que explica la complejidad para el acceso a la vivienda en Costa Rica, dice: “La vivienda, que aparece en la Declaratoria Universal de Derechos Humanos y más recientemente en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU (1966), es uno de esos derechos que se han obviado al punto de volverse casi invisibles.”
Es uno de los derechos más claramente convertido en mercancía, que poco se discute desde los estudios de juventud; pero que en general necesita mayor discusión, a modo de ejemplo, siempre está la amenaza en la reducción del presupuesto de vivienda de interés social en cada gobierno de turno y poco se contiende [[4]] [[5]] [[6]]. Es un derecho que es condicionado y que puede condicionar el bienestar de muchas, pensemos en lo siguiente: una persona “Trabajador en ocupación no calificada genérico”, cuyo salario es de ₡352 164,91 [[7]] (año 2023) y retomando el Reporte nacional de Costa Rica sobre los avances en la implementación de la Nueva Agenda Urbana 2016 – 2021 del año 2022 [[8]], para un préstamo de 26 millones de colones (para adquirir lote y construcción) el pago mensual oscila entre ₡143 000 y ₡193 000, cerca de la mitad o mayor de la mitad de los ingresos, quedando en tanto la familias, sin importar su número de miembros con aproximadamente ₡176 000 para cubrir todas las otras necesidades (y en la buena suerte de que la entidad crediticia asigne un préstamo con esas entradas). Bien lo explica el mismo informe que, para el quintil de ingreso más bajo el porcentaje destinado a la vivienda representa el 70% de su ingreso, mientras que para el Quintil de ingreso más alto el porcentaje destinado a la vivienda representa el 30% de su ingreso.
Ahora, desde el ámbito académico y sobre esta relación jóvenes-vivienda, me parece relevante colocar algunos esfuerzos de investigación, con conceptos como trayectorias residenciales y transiciones habitacionales que se han venido explorando desde otros contextos [[9]], tanto el de trayectoria como el de transiciones son frecuentes en los estudios de juventud, pero poco usual verlos asociados a la situación de la vivienda.
Explica Carballo que trayectorias residenciales de los jóvenes, es primero una crítica a la linealidad en la comprensión de la juventud (biológica, pero también de condiciones materiales que en algún momento construían espacios como propios de la edad joven), el autor lo plantea como una necesaria discusión de la precarización de la vida y relacionado con la “precariedad laboral, el endeudamiento, la inestabilidad de las parejas, los soportes familiares o las políticas de vivienda, junto con la propia agencia y reflexividad de los y las jóvenes” [[10]], el autor propone articular transformaciones sociales, económica, e institucionales con implicaciones hacia la precarización de la vida en la imposibilidad del acceso a la propiedad y procesos de autonomía para mucha de la población joven.
El término transiciones habitacionales de los jóvenes desarrollado por Moreno Mínguez [[11]] aplicado en este caso a España, explica la complejidad de la emancipación residencial mediada por factores culturales e institucionales vinculados a la cultura familiar, el Estado de bienestar, pero también el desempleo y la incertidumbre por el trabajo y las crisis económicas, que aunque resulte paradójico se observa una mayor emancipación residencial pero en las formas alternativas a la propiedad, es decir, pese al paro que hace imposibles la posibilidad de crédito, esto transforma la idea de propiedad y ocupación de un espacio. Aunque se mantiene como aspiración, la relación con la vivienda cambia, las condiciones económicas, convierten las expectativas y valores de los jóvenes ante las diferentes formas de acceso a la vivienda y, por tanto, en las transiciones residenciales.
A modo de cierre, hay muchas otras aristas sobre la vivienda que no alcanzan a problematizarse en estas pocas palabras, por ejemplo, a) hacer la diferencia entre la vivienda como espacio material contra un hogar con cargas simbólicas y emocionales que puede tener un espacio, o b) los diversos contextos locales y globales y sus problemáticas para acceder a la vivienda. Ante esto, se intenta mostrar la necesidad de poner a la vivienda como otros de los derechos vulnerados o negados para alguna parte de la población joven y que esto puede ser a su vez una condicionante más hacia la mejora en la calidad de vida, emancipación o autonomía.
[1] Gutiérrez Slon, Juan Antonio, & Vargas Vargas, Bryan Roberto. (2022). Entablando diálogos con Freire: sobre el espacio pedagógico y otras reflexiones compartidas. Revista Innovaciones Educativas, 24(37), 231-243.
[2] https://www.facebook.com/PUEC.UNAM/photos/a.196471387166959/2562273367253404/
[3] Masís Morales, A. (2020). Entre el sueño de construir un hogar y las pesadillas previas a la casa propia: Nuestra ciudad y su exclusión social. Revista Latinoamericana De Derechos Humanos, 31(2).
[4] https://delfino.cr/2020/10/recortes-al-banhvi-pondrian-en-peligro-mas-de-18-mil-puestos-de-trabajo
[5] https://elmundo.cr/costa-rica/bloque-de-vivienda-se-manifestara-para-exigir-a-chaves-que-retire-nefasto-proyecto-que-elimina-bono-de-vivienda/
[6] https://www.larepublica.net/noticia/fusion-de-instituciones-que-plantea-rodrigo-chaves-eliminaria-bono-de-la-vivienda-segun-contraloria
[7] https://www.mtss.go.cr/temas-laborales/salarios/LISTA%20DE%20SALARIOS%20MINIMOS%20%20ANO%202023.pdf
[8] Ministra de Vivienda y Asentamientos Humanos de Costa Rica (2022) Reporte nacional de Costa Rica sobre los avances en la implementación de la Nueva Agenda Urbana 2016 – 2021. https://www.urbanagendaplatform.org/sites/default/files/2022-05/Costa%20Rica%20NUA%20National%20Report.pdf
[9] Almudena Moreno (2017). ‘Jóvenes y Vivienda’. Revista de Estudios de Juventud 116, Universidad de Valladolid, Número: 116, ISSN: 0211-4364
[10] Carballo Padilla (2017) Un modelo conceptual para abordar las trayectorias residenciales de los jóvenes contemporáneos. Revista de Estudios de Juventud 116, Universidad de Valladolid, Número: 116, ISSN: 0211-4364
[11] Moreno Mínguez (2017) Apuntes sobre las nuevas transiciones habitacionales de los jóvenes en España en el contexto de crisis económica. Revista de Estudios de Juventud 116, Universidad de Valladolid, Número: 116, ISSN: 0211-4364