Una introducción al campo de investigación sobre suicidio.
 

Por: Roy Gonzalo Sancho

Quizás una de las más preocupantes características que distinguen este tema es lo difícil que se torna dar con datos que detallen las magnitudes del problema, pues al parecer se hace difícil en muchas ocasiones registrar el motivo fundamental de una emergencia, por ejemplo en el caso de las atenciones a nivel hospitalario, una situación en este campo nos fue expuesta en una reunión que sostuvimos Maikol Picado Cortes, Marcela Moreno y mi persona con personeros del Departamento de Trabajo Social del Hospital Nacional de Niños en febrero del 2016.

Básicamente lo que nos comunicaban las personas encargadas de dicho departamento, fue que por ejemplo se dan atenciones por lesiones varias o intoxicaciones a menores que llegan al centro médico que no pueden ser catalogadas como un intento de autoeliminación a la ligera, sin antes haber tenido la oportunidad de indagar a fondo las circunstancias que mediaron para que se produjera la emergencia. Ante este panorama, se presentan a continuación algunos datos proporcionados por la CCSS con respecto a las tasas de atención de urgencias por intento de suicidio y la tasa de hospitalización y fallecimientos según los reportes de intentos de suicidio reportados entre los años 2011 y 2014. En el primer caso, la siguiente tabla expone la tasa de intentos de autoeliminación (o intentos de suicidio como menciona la entidad).

En los datos anteriores, como puede verse la tasa obtenida de los datos suministrados por la CCSS indican que el año 2011 que de cada mil urgencias atendidas en los hospitales, aproximadamente 9 estuvieron relacionadas con intentos de autoeliminación. Mientras que como resultado de dichas atenciones se obtuvo que la tasa de hospitalizaciones y fallecimientos fue la siguiente:

 

Como puede verse en la tabla anterior, fueron los años 2014 y 2012 los años que reportan una tasa más alta de hospitalizaciones por intento de autoeliminación con 149 por cada mil y 140 por cada mil respectivamente, mientras que ha sido el año 2012 con una tasa más elevada de fallecimientos por intentos de autoeliminación. Ahora bien, teniendo en consideración que estas tasas se han realizado a partir de los casos conocidos, valdría la pena pensar en la cantidad de casos que podrían no estar siendo registrados, pues partiendo de las dificultades externadas por las y los personeros del Departamento de Trabajo Social del HNÑ, se estaría eventualmente ante tasas quizás más altas.