Libro: La revancha de los poderosos.
Autor: Moisés Naím
Año original de publicación: 2022
Editorial: DEBATE
Reseñado por: Argentina Artavia Medrano
Palabras clave: autocracia, populismo, democracia, poder, sistemas políticos, polarización, posverdad.
Citación del libro: Naím, M.(2022) La revancha de los poderosos. DEBATE.

“En todo el mundo las sociedades libres se enfrentan a un enemigo nuevo e implacable. Este no tiene ejército ni armada; no procede de ningún país que podamos señalar en un mapa; está en todas partes y en ninguna, porque no está ahí afuera, sino aquí dentro. En lugar de amenazar a las sociedades libres con la destrucción desde el exterior, como hicieron los nazis y los soviéticos, las amenazan con corroerlas desde el interior”.

Con esta fuerte introducción, Moisés Naím plantea lo que será el contenido principal de su nuevo libro: la manera en la que los sistemas políticos democráticos, sucumben ante sus propios males. El libro fue publicado en febrero de 2022 y se ha convertido rápidamente en centro de las discusiones y debates sobre la democracia y sus desafíos.

Moisés Naím es considerado “uno de los principales pensadores del mundo” (Prospect Magazine) y fue nombrado por el Instituto Gottlieb Duttweiler de Suiza entre los 100 principales líderes del pensamiento mundial; fue ganador del premio Ortega y Gasset de Periodismo en 2011 y fue editor en jefe durante catorce años de la revista Foreign Policy, una de las más importantes publicaciones de temas internacionales.

Naím ya había adelantado los peligros a los que se enfrentaban las democracias en su libro “El fin del poder” (2013), en el que describía no sólo el declive del poder político denominado “tradicional” frente a otros actores sociales, así como el ascenso de nuevas formas de expresión política, sino que también advirtió sobre el deterioro y debilitamiento de las instituciones llamadas a garantizar la estabilidad y supervivencia del sistema político democrático, una de ellas, la prensa.

El libro está dividido en dos partes: “La era del populismo, la polarización y la posverdad” y “Un mundo seguro para la autocracia”, en las cuales el autor desarrolla y proporciona elementos y argumentos importantes para comprender los desafíos que enfrentan las democracias del siglo XXI.

Populismo y democracia

Uno de los retos más importantes según Naím es el populismo, el cual define como una estrategia para obtener y ejercer el poder, sin importar contextos o ideologías, si son países ricos o pobres, con instituciones más fuertes y complejas o más débiles.

La nueva “casta de políticos” que menciona el autor, van desde Donald Trump en Estados Unidos, Viktor Orbán en Hungría, Hugo Chávez en Venezuela, Jair Bolsonaro en Brasil, Silvio Berlusconi en Italia, Nayib Bukele en El Salvador.

Todos provienen de países con profundas diferencias culturales, institucionales e ideológicas, pero con estrategias muy similares en su forma de gobernar. Y precisamente por eso, explica Naím, el libro “examina su estrategia porque, para derrotar algo, antes hay que entenderlo”.

Naím se refiere a las estrategias que los autócratas utilizan para erosionar la institucionalidad democrática y las nombra como “las 3P”: populismo, polarización y posverdad, las cuales permiten que los nuevos autócratas “puedan fingir que encarnan la verdadera voluntad del pueblo, reprimida por las élites corruptas y escondida por unos medios también corruptos. Les permite afirmar que representan la voz del pueblo mientras desmantelas las instituciones que sí sirven para transmitir las verdaderas voces de la gente”.

Durante décadas, las democracias han enfrentado múltiples desafíos: debilitamiento de la institucionalidad, desconfianza en la clase política, descrédito de los partidos políticos, escucha privilegiada de autoridades gubernamentales a sectores poderosos, corrupción, entre otros.

Autocracias del siglo XXI

La incapacidad de dar respuestas certeras y oportunas a las necesidades de sus sociedades ha dado paso no sólo al descontento social, sino también que le ha abierto el camino a figuras que, investidas de “novedad” y fuerza, han hecho creer a miles de personas que tienen las respuestas a todos los problemas, provocados claro está por otros, esa clase de políticos corruptos e indeseables a los que dicen combatir.

Lo que los autócratas del siglo XX hacían por la fuerza, sus homólogos del siglo XXI lo hacen mediante el sigilo. Si sus predecesores del siglo XX se proponían destruir el Estado de derecho empleando la fuerza bruta, los autócratas del siglo XXI lo socavan mediante el poder corrosivo de la falsa imitación”.

Dicho en otras palabras, simulan, aparentan ser demócratas y utilizan los procedimientos y herramientas esenciales que brinda el sistema político: elecciones periódicas, alternancia del gobierno, división de poderes, libertad de expresión, entre otros; una vez alcanzado el poder, proceden a realizar cambios y transformaciones en el sistema, con el propósito de moldearlo a su conveniencia y claramente, debilitarlo.

Captura de pantalla del periódico digital «El Tiempo»

Moisés Naím los retrata con claridad: “Los autócratas 3P son dirigentes políticos que llegan al poder mediante unas elecciones razonablemente democráticas y luego se proponen desmantelar los contrapesos a su poder ejecutivo mediante el populismo, la polarización y la posverdad. Al mismo tiempo que consolidan su poder, ocultan su plan autocrático detrás de un muro de secretismo, confusión burocrática, subterfugios seudolegales, manipulación de la opinión pública y represión de los críticos y adversarios”.

Según lo explica Moisés Naím en su libro, los autócratas se hacen pasar por algo que no son y el engaño es la estrategia para llegar al poder. Lamentablemente, nuestra América Latina está llena de peligrosos ejemplos. De acuerdo con el Latinobarómetro (2021), los países centroamericanos muestran indicadores más altos de actitudes autoritarias y de descontento con el funcionamiento de la democracia, tal y como se puede observar en el siguiente gráfico.

Las tendencias autoritarias, las acciones que desmantelan los contrapesos legales y constitucionales, la represión y encarcelamiento de la oposición, son claros ejemplos de democracias desgastadas, que no han sabido o no han podido reaccionar a tiempo a los desmanes populistas autocráticos. Para el caso centroamericano, Nicaragua y El Salvador ofrecen una realidad preocupante:

Captura de pantalla del Noticiero AFP

El poder y la pandemia

Las medidas sanitarias y de restricción que los países debieron tomar para combatir la pandemia por COVID-19, les brindó a muchos gobiernos la oportunidad de gobernar por decreto, imponer restricciones y limitar derechos políticos, principalmente en cuanto a la libertad de movimiento, tránsito y reunión; también se produjo el aplazamiento de elecciones (como en Hungría y Bolivia en 2020), el cierre de parlamentos o la aprobación de leyes sobre temas, acciones acuerpadas y sostenidas por fuerzas armadas y policiales.

“Ningún régimen autocrático tuvo grandes dificultades para comprender que la pandemia de coronavirus era una oportunidad para reforzar su control de la sociedad. Cuando los gobiernos empezaron a imponer restricciones sin precedentes a los movimientos de sus ciudadanos por motivo de salud, unas medidas que, en cualquier otra circunstancia, habrían parecido excesivas se convirtieron en normales y hasta en banales”.

Los tintes autoritarios eran más que evidentes y la justificación siempre fue el bienestar y la seguridad colectiva. Naím es contundente: “En todo el mundo, los autócratas aprovecharon la oportunidad que la epidemia de coronavirus les ofreció para afianzar aún más su control sobre el poder”.

Las acciones empiezan siempre siendo sutiles, imperceptibles, hasta que se consolidan como una práctica cotidiana. Por eso el autor plantea la necesidad de estar alertas y prepararse para ganar batallas en favor de la democracia, asumiendo responsabilidades desde lo individual y lo colectivo. Una de las luchas más importantes es contra lo que el autor denomina la “Gran Mentira”, la que “presenta al aspirante a autócrata como la única esperanza del pueblo noble, pisoteado y traicionado frente a una sospechosa clase dirigente que lo odia”.

El mundo es un terreno cada vez más fértil para la aparición de la autocracia y el populismo, señala Moisés Naím y por eso, “Nuestro primer deber, por tanto, es nombrarlo. Solo así podremos comprenderlo, combatirlo y derrotarlo”.