Libro: La dependencia político-económica de América Latina
Autor: Helio Jaguaribe, Aldo Ferrer, Migel Wionczek y Thetonio Dos Santos
Año original de publicación: 1969
Editorial: Siglo XXI Editores
Reseñado por: Bryan Vargas Vargas
Palabras clave: América Latina, teoría de la dependencia, política, economía
Citación: Dos Santo, T. et. al (1973) La dependencia político-económica de América Latina. Ciudad de México, Siglo XXI editores.
Este texto de la Editorial Siglo XXI editado entre los años 1970 y 1973 ofrece consideraciones respecto al ejercicio o no de la autonomía de los países latinoamericanos en los ámbitos político y económico frente a los centros de poder, es la síntesis de los debates de la segunda reunión de la Asamblea General del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales en 1968.
Hay un énfasis en el periodo posterior a la segunda guerra mundial cuando bajo el concepto de desarrollo los países de la región inician un programa de medidas principalmente sobre las formas de producción con la finalidad de repetir acciones de los centros de poder y alcanzar sus estándares. Esta premisa del desarrollo es acompañada por pretensiones nomotéticas de la ciencia social dominante de ese momento, como lo era el pensamiento estadounidense con una ideología implícita.
El texto parte con las argumentaciones de Jaguaribe sobre los tres principales problemas estructurales de América Latina finalizando la década de los años 1950, el autor puntualiza en: a) el estancamiento económico, político, social y cultural, b) la marginalidad, respecto a otras regiones del mundo, en la propia desigualdad en los países de la región y la degradación de los sectores primarios y terciarios de la economía y c) desnacionalización de la economía en los ámbitos económicos, científico-tecnológicos y político militar.
Las anteriores consecuencias de un “idealismo economicista” (1973, p. 38) explicado como “el proceso económico y sus agentes, en un régimen de libre economía generan espontáneamente el desarrollo económico en una situación política y cultural neutra, de otro lado, acarrean positivamente por una especie de armonía preestablecida del desarrollo político, cultural y social de las sociedades en cuestión, así como un ajuste mutuamente benéfico de las relaciones entre la sociedad que recibe capital y la tecnología y las sociedades que los proveen.”
Por otro lado, Ferrer, aporta en la comprensión a los factores para la integración Latinoamérica como lo fueron: a) el agotamiento de la sustitución de importaciones, b) la integración de los perfiles industriales y c) las tendencias del comercio mundial de manufacturas y el papel dominante de las corporaciones internacionales en los sectores industriales de base.
Wionczek desarrolla otra de las aristas consecuentes de las pretensiones de desarrollo como lo fue y es el endeudamiento púbico externo, que para el periodo en el que escribe el texto (década de los años 1960) se había triplicado y para la década de los años de 1970 el “el volumen de los nuevos préstamos ya no bastaba para cubrir los compromisos financieros originados por la deuda pública externa contraída con anterioridad”.
El último de los desarrollos del texto es a cargo de Theotonio dos Santos propiamente sobre la crisis de la teoría del desarrollo, y considerando también el peso de las ciencias sociales latinoamericanas que pese a matices críticos sobre el colonialismo, parece que hay un triunfo de la tendencia a discutir desde el desarrollo.
Dos Santos argumenta que el desarrollo o lo que eso significaba para América Latina significa: a) dirigirse a determinadas metas individuales y sociales que se abstraen de las sociedades más desarrolladas, b) que los países sub desarrollados eliminarán obstáculos sociales, políticos, culturales e institucionales, c) utilizar los recurso nacionales de forma más racional y que puedan ser catalogados y usados por el planeamiento y d) la coordinación de ciertas fuerzas sociales y políticas que sustentarían la política de desarrollo, y una base ideológica que organice la voluntad nacional.
Ante estos postulados explica el mismo autor que los resultados fueron una aventura de los pueblos bajo leyes del desarrollo de los países desarrollados, apostando por la utilización optima de los recursos que modelan las sociedades, modernas, racionales e industriales.
Tales acciones de reproducción llevan a la crisis del modelo para América Latina, un “desarrollo hacia adentro” que se expresó un deterioro de las divisas (para la modernización de la industria) por tanto una mayor dependencia del comercio exterior, déficit de la balanza de pagos, control creciente del capital extranjero sobre la industria, marginalidad masiva de población campesina desempleada, limitación en el acceso a al conocimiento tecnológico, elites regionales articuladas con los capitales extranjeros, entre otras.
Aunque la obra ya cumple más de 50 años desde su primera edición las discusiones están abiertas no solo por la vigencia de la idea de desarrollo que se puede encontrar discursivamente en decisiones políticas, económicas, productivas, sino que además continúan medidas como las antes descritas y que gozan de cierta legitimidad como la inversión extranjera, la reducción de la intrusión de los estados, la reducción de las calidades del empleo, la despreocupación ambiental y la lista sigue. En ese sentido, parece oportuno continuar las discusiones sobre la dependencia y pensar alternativas.