Libro: Espacios del Capital. Hacia una geografía crítica
Autor: David Harvey
Año: 2001
Editorial: Ediciones Akal.
Reseñado por: Bryan Vargas Vargas
Palabras clave: capitalismo, globalización, medio urbano, sistema económico.
Citación del libro: Harvey, D. (2001) Espacios del capital: Hacia una geografía crítica. España: Ediciones Akal.
El texto Espacios del Capital compila parte del trabajo crítico del influyente geógrafo británico David Harvey en el año 2001, por lo que esta reseña no pretende hacer síntesis de todas las discusiones del mismo, sino más bien enunciar una de las ideas que delinean los espacios del capital que personalmente considero importante.
Esta idea provocadora que nos permite hacer la reseña es: la “solución espacial” como respuesta a las crisis del capital (capítulo 14: La solución espacial: Hegel, Von Thunen y Marx), esta premisa la ubica el autor desde Hegel y sus reflexiones sobre la acumulación de riqueza por un lado y la creciente masa de pobres en la sociedad europea. Como solución a esta disputa Hegel sugería no ser resuelto desde su dialéctica interna sino más bien buscar nuevos territorios donde colocar los excedentes de la producción, y donde su población pueda extender su industria y obtener los beneficios. Otra referencia que apunta sobre esta posibilidad es Von Thunen y su propuesta de capital frontera que también implicaba una extensión geográfica de las formas de producción sin cuestionar las jerarquías ya establecidas por el capital.
Una tercera referencia a la “solución espacial” la desarrolla Harvey desde Marx, este último explica la incongruencia de resolver las crisis del capital mediante la extensión geográfica, ya que el capital es sobre todo una relación social y cuyo fin es la acumulación. Un supuesto de las inconveniencias de esta alternativa para el capital son las colonias que permitan a los trabajadores ahora producir para sí mismo, lo que rompería la posibilidad de acumulación, a lo largo del libro hay una referencia de esto sobre los Estados Unidos como colonia que se convierte en una fuerza del capital.
Ahora, señala Harvey que las soluciones espaciales a las crisis del capital se pueden ver no solo en las extensiones geográficas coloniales sino también en la exportación de los excedentes de capital o de producción, por ejemplo, que un país europeo industrializado ofrezca alguno de sus anteriores excedentes hacia un país latinoamericano, que lejos de ser una solución, es un alivio temporal o traslado de la crisis que terminará mutando en otras formas como la incapacidad y desequilibrios de pago de deudas.
Partiendo de esta posibilidad que el capital resuelve sus contradicciones en la expansión geográfica podemos introducir otra premisa como la de la “aniquilación del espacio con el tiempo” (capítulo 12: La geografía de la acumulación capitalista: reconstrucción de la teoría marxiana). Y es que señala Harvey también desde una postura marxista que, aunque la expansión geográfica es asumida como una solución implica un reto para el modelo del capital por el tiempo de circulación de la producción.
Este tiempo de circulación por la distancia lo que dificulta es que la mercancía no sea convertida en dinero, por lo que emerge en el sistema dar continuidad al capital mediante el crédito que elimina la geografía de circulación de las mercancías mediante el tiempo que recorta la posibilidad de un adelanto de dinero. Por otro lado, la solución espacial no solo es la contingencia de continuidad de la acumulación sino además fue y es un acelerador de las formas de comunicación y de transporte, en el texto algunos artículos desarrollan este ámbito.
Desde las ideas anteriores se puede comprender algunos espacios como los centros urbanos (centros y periféricos) desde las necesidades del capital, pueden definirse como esos núcleos de personas y capitales en los que se reduce la circulación, optimizada incluso por los medios de transporte-comunicación. Por otro lado, es una forma territorial que imposibilita que se rompa la relación social del capital, aunque sea sobre un nuevo territorio colonizado, ya que en la ciudad un trabajador está limitado a producir para sí mismo, por ejemplo, su alimentación, telas, vivienda, ocio y tiene la necesidad inmediata del consumo.
Esto claramente no es una regla y la forma de producción concentrada, dependen de la posibilidad de acumular, circunstancias, condiciones geológicas de un lugar e incluso las mercancías mismas, entre otras. El más claro ejemplo lo hace Harvey haciendo referencia a la agricultura, que en un mercado ahora global (solución espacial a las crisis del capital) es producida por las periferias que suministran a los centros que continúan dedicados a la industria.
Otra expresión de la ruptura con la producción concentrada la hace Harvey en otro de los artículos que compone el libro, específicamente sobre la ciudad de Baltimore, que es una lectura sobre la geografía del capital a otra escala en la cual explica el proceso de desindustrialización y transformándose en un centro turístico, comercial y financiero, de la mano del “empresarialismo de la gobernanza urbana” (capítulo 16: De la gestión al empresarialimo: la transformación de la gobernanza urbana en el capitalismo tardío).
Para no extenderme en la reseña, me interesa apuntar que, aunque Marx explicara que el capital es una relación social, como lo muestra Harvey la solución espacial se da y la contradicción interna toma otras aristas, construyendo/destruyendo espacios según su necesidad. Hay un hito también en la solución espacial no solo en la colonización de nuevas tierras sino también en el cambio en la búsqueda de acumulación, del “fordismo a la acumulación flexible” que fracciona el espacio global para una producción jerarquizada que sin duda es determinante para comprender las condiciones de los espacios sociales contemporáneos. (Capítulo 7: Capitalismo: la fabricación de fragmentos)