Libro: El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. 
Autor: Karl Marx
Año original de publicación: 1852
Editorial: Alianza Editorial
Reseñado por: Bryan Vargas Vargas
Palabras claves: Ciencia política, historia francesa, estado, burguesía, clase social.
Citación: Marx, K. (2009). El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Madrid, España. Alianza Editorial

El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, escrito por Karl Marx, es un texto clásico que ofrece un recorrido histórico-político por la Francia en el periodo entre febrero de 1848 y hasta al 2 de diciembre de 1851; en este último momento con el hito de la ruptura entre el parlamento y el poder ejecutivo, y el ascenso mediante golpe de estado de Luis Napoleón. Derrocamiento, más una crónica de una muerte anunciada, por la forma en que Napoleón se posicionó y como acontecieron los hechos en este corto periodo, muestra de las luchas de clases y la utilización del Estado como medio para satisfacer los intereses particulares. 

Marx explica de manera clara la importancia de entender el Estado que se disputaba entre la burocracia, que no era más que el medio para preparar la dominación de clase de la burguesía; el instrumento de la clase dominante o para el ejercicio del poder absoluto. Por lo tanto, el contexto es una discusión sobre el ejercicio del poder y la figura del Estado posibilitando los intereses de las clases de ese momento.

Cruz Rodriguez (2013)[1] describe muy bien la coyuntura, cuando dice: “la distinción entre poder político y poder social también la encontramos en su análisis de la Constitución, pero referida explícitamente a la lucha de clases. Aquí el poder político se refiere al dominio institucional, si se quiere, al dominio de la “escena política”, mientras el poder social alude a la posición de clase en el ámbito de las relaciones de producción, donde se configuran los intereses que son representados en aquella”.

El texto brinda una gran descripción de la diversidad de intereses que construyen determinado orden político institucional, por mencionar algunas de estas partes están: los terratenientes, industriales, dueños de las finanzas, ejército, la academia, la prensa. Dichas partes se agrupan/ se desagrupan, se contradicen, se pasan de bandos según se muevan las aguas y se trastoquen los intereses específicos. 

Una de las contradicciones más claras en el texto se da entre los intereses burgueses y la estructura parlamentaria otrora defendida por esta, dice Marx que este régimen implica apertura, discusión, desorden; lo cual era incompatible con la dominación y negocios jerárquicamente establecidos. Por lo que no era de esperarse que los burgueses terminaran llamando socialistas a quienes defienden las libertades y derechos.

El parlamento contra el presidente, pequeños burgueses aliados con los proletarios, sociales demócratas contra elites financieras entre otras combinaciones son el reacomodo de fuerzas para asegurar los intereses específicos. Dice Marx (2003) en el capítulo VI que Francia se encontraba entre “decidirse ahora por seguir manteniendo intacta la Constitución o por revisarla. Pero la revisión constitucional no quería decir solamente dominación de la burguesía o de la democracia pequeñoburquesa, democracia o anarquía proletaria, república parlamentaria o Bonaparte, sino que quería decir también Orleáns o Borbón.” 

Este contexto es descrito por Cruz Rodríguez tomando como base el texto de Marx llamado Las luchas de clases en Francia (1850) como: “la pequeña fracción republicana de la burguesía, única capaz para proclamar la república, disputársela al proletariado revolucionario por medio de la lucha en la calle y del régimen del terror y estampar en la Constitución los rasgos fundamentales de su ideal; y de otro, toda la masa monárquica de la burguesía, única capaz para dominar en esta república burguesa constituida, despojar a la Constitución de sus aditamentos ideológicos y hacer efectivas, por medio de su legislación y de su administración, las condiciones inexcusables para el sojuzgamiento del proletariado.” 

Es en ese meollo que aparece la figura de Luis Napoleón III, presentado por Marx como una repetición caricaturesca de su tío Napoleón. Luis pareciera terminar sirviéndose del estado francés y sirviendo a la sociedad burguesa; Marx le describe como “un caballero de industria venido de fuera y elevado sobre el pavés por una soldadesca embriagada, a la que compró con aguardiente y salchichón y a la que tiene que arrojar constantemente salchichón.”

En esto es interesante la idea de Marx tomada de Hegel sobre que los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen dos veces, una vez como tragedia y la otra como farsa, comparando las luchas de Napoleón y las revoluciones de otros periodos (tragedias) con las acciones interesadas de Napoleón III (farsa).

De fondo hay una ocupación por parte de Marx por las luchas de clase que configuran, usan, disputan la institucionalidad para mantener sus intereses, Marx (2013) describe muy claro las fuertes disputas de ese momento: 

Imaginémonos ahora al burgués de Francia en medio de este pánico de los negocios, con su cerebro obsesionado por el comercio, torturado, aturdido por los rumores de golpe de Estado y de restablecimiento del sufragio universal, por la lucha entre el parlamento y el poder ejecutivo, por la guerra de la Fronda de los orleanistas y los legitimistas, por las conspiraciones comunistas del Sur de Francia y las supuestas jacqueries de los departamentos del Nièvre y del Cher, por los reclamos de los distintos candidatos a la presidencia, por las consignas chillonas de los periódicos, por las amenazas de los republicanos de defender con las armas en la mano la Constitución y el sufragio universal, por los evangelios de los héroes emigrados in partibus, que anunciaban el fin del mundo para el segundo domingo de mayo de 1852, y comprenderemos que, en medio de esta confusión indecible y estrepitosa de fusión, revisión, prórroga de poderes, Constitución, conspiración, coalición, emigración, usurpación y revolución, el burgués, jadeante, gritase como loco a su república parlamentaria: “¡Antes un final terrible que un terror sin fin!“. 

A lo largo del texto se pueden distinguir en la escena política los actores que asumen diferentes beneficios, discursos, tácticas, asociaciones. Como se mencionó anteriormente se dejan ver los campesinos, proletarios parisinos, burgueses, pequeños burgueses, elites financieras, terratenientes, industriales, entre otras que usan este escenario político institucional para la lucha por los beneficios privativos. Es decir, la transformación de la arquitectura del Estado francés mediante estrategias y maniobras, que aseguran los intereses a todas las escalas y dimensiones (económicas, morales, políticas) en la que finalmente sale victoriosa una organización de un estado burgués. 

A modo de síntesis, las relaciones de poder en Marx al menos del texto del 18 Brumario, es la discusión sobre la lucha de clases, que se desarrollan en un marco institucional político un poco a la deriva de los intereses de las mismas clases, y que para alcanzar los objetivos no solo buscaron el ejercicio institucional del poder, sino otros medios de coerción como el económico o militar, pero también la negación de las otras clases. 


[1]  Edwin  C., «EL PODER EN LOS ANÁLISIS POLÍTICOS DE MARX. UNA APROXIMACIÓN ONOMASIOLÓGICA-SEMASIOLÓGICA.» Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences 38, no. 2 (2013): . Redalyc, https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18128245003