Escrito por: M.Sc. Xinia María Zúñiga Muñoz, investigadora jubilada
M.Sc. Juan Antonio Gutiérrez Slon, investigador CICDE; Lic. César Moya Aburto, investigador CICDE; Mariana Delgado Morales, investigadora comunitaria indígena; Pablo Sivas Sivas, investigador comunitario indígena
Dr. Luis Paulino Vargas Solís, Director CICDE-UNED
Este es el primero de tres artículos, en los que nos referimos al reportaje que La Nación publicó el domingo 24 de marzo titulado “Titulación de tierras en Salitre se complica por disputa del linaje indígena”. Es un escrito desafortunado desde diversos puntos de vista, el cual además ejemplifica el tratamiento desprolijo y tendencioso que la prensa usualmente aplica a los asuntos relacionados con pueblos indígenas.
1. Introducción
Se ha presentado una situación de crisis que desemboca en violencia extrema, al punto que un líder indígena cae asesinado. Es muy lamentable que frente a esto el gobierno de Carlos Alvarado mantenga una actitud que raya en el cinismo, al tratar de evadir su responsabilidad y, peor aún, trasladándola a los mismos pueblos que están sufriendo esa violencia. Convertir a las víctimas en victimarios habla muy mal del compromiso de este gobierno –y de la prensa que le sirve como reproductora de sus discursos– con los derechos humanos. Quede claro que no es un problema exclusivo de la actual administración Alvarado. Al igual que sus antecesores por ya 50 años, este gobierno tampoco ha tenido la decisión y compromisos necesarios. Persiste una actitud de permanente negligencia y abulia, lo cual ha propiciado que se irrespeten los derechos de los pueblos indígenas y que éstos sufren violencia sistemática.
En la investigación realizada por el CICDE-UNED publicada y difundida en julio del 2018, titulada “El territorio de salitre: derechos, memoria y violencia, 2010 – 2017” se documenta en profundidad y con minuciosidad que el conflicto por las tierras en Salitre entre indígenas y finqueros no indígenas, se da, no por un problema de identidades, sino a causa de que, por largos años, se ha dado la apropiación ilegal de tierras indígenas por parte de personas no indígenas, que viven en su mayoría fuera del territorio de Salitre. Se desconoció así la Ley Indígena (1977) y los compromisos y convenios internacionales. Ha predominado la negligencia y la incapacidad o desinterés por parte de la institucionalidad pública. Ese es el fermento del que se alimenta el conflicto y la violencia que hoy se vive.
2. ¿Dónde están las voces indígenas?
Es importante resaltar que este reportaje de La Nación continua con la tendencia de la mayoría de medios de comunicación escritos (digitales e impresos) y televisivos, de ocultar, invisibilizar e ignorar las voces de las y los indígenas en los temas que directamente les competen y les afectan. En la investigación del CICDE-UNED a que hicimos referencia, se comprobó con evidencia construida desde una base de más de 200 noticias ubicadas para el período en estudio, que las voces indígenas son las que menos presencia tienen en los reportajes de prensa. Por ejemplo: demostramos que en 2014 las voces de las y los periodistas dominaron las noticias en más de 35 ocasiones, cuando menos de 15 personas indígenas pudieron manifestarse. A su vez, en ese mismo año, el periodismo divulgó más de 25 veces las voces de personas no indígenas (incluyendo personal del Estado y ciudadanía vinculada al conflicto). Similar escenario se observa en 2015, cuando las voces de periodistas llegó a las 35 menciones mientras que las de indígenas fueron inferiores a 10.
Estos datos ejemplifican una tendencia reiterada: la mirada colonial desde la que la prensa aborda estos asuntos. Contamos con datos para el período 2010–2017 que así lo ratifican, y es un problema que claramente sigue vigente en el momento actual. Así, las informaciones usualmente transmiten prejuicios e ideas erróneas, por parte de periodistas que claramente tenían un conocimiento defectuoso de las situaciones planteadas. De ahí el abordaje tendencioso y parcial, como en el caso del reportaje que comentamos, en el cual no se escucha la voz de ninguna persona indígena ni de personas estudiosas de la problemática en Salitre. Para más detalles sobre el manejo noticioso en Salitre, véanse las páginas 168 – 176 del informe de investigación del CICDE.
3. Territorio, no “comunidad”. Pueblo no “poblado”
La nota de Carlos Arguedas en La Nación, incurre en reiterados gazapos conceptuales que confirman lo que llevamos dicho: el desconocimiento desde el que se abordan estos asuntos.
Primero, es incorrecto decir que Salitre es una “comunidad” cuando en realidad es un territorio indígena. La diferencia está estipulada desde el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales (1989), Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007) y Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2016). Esa es la normativa a la cual Costa Rica se ha adherido en materias indígena. Enfatizamos: esto no es un simple refinamiento terminológico, ya que el concepto “territorio” es de carácter jurídico. Los territorios indígenas están cubiertos por una protección jurídica especial, la cual incluye el reconocimiento del derecho de autodeterminación y por lo tanto su potestad de resolver con autonomía y autogobierno lo relativo a su cultura, a su identidad y a su desarrollo. Ignorar esto es ignorar uno de los núcleos fundamentales del problema. De hecho, ahí está contenido un derecho fundamental, que los pueblos indígenas reclaman con toda justicia, y que, al ser ignorado e incumplido, da razón para el conflicto suscitado.
También es lamentable la ignorancia del periodista cuando afirma que Salitre es un “poblado”. En rigor, lo que corresponde es remitirse a la categoría social, política y jurídica de “pueblo” que los hace titulares de específicos derechos colectivos, siempre en concordancia con las mencionadas normativas internacionales. Al no hacerlo así, se invisibiliza el valor político, jurídico y social inherente al pueblo bribri ubicado en el territorio de Salitre, confundiéndolo con otro tipo de concepciones toponímicas inadecuadas.