Por: Fernando Obando-Reyes

La paradoja de la era de la información.

Nos encontramos en frente de una paradoja: El día de hoy las personas jóvenes tenemos la ventaja y desventaja de vivir en la era de la información ¿A qué me refiero con esto? Miles de artículos noticiosos, de opinión, informativos y de otra índole son producidos y circulados a una velocidad que solo es posible gracias a los adelantos en cuanto a tecnologías de la información y comunicación se refiere. Pero, ¿qué pasa cuando muchísima de esa información es falsa, inexacta, tendenciosa o encubre hechos que podrían refutarla? El tener la posibilidad de acceder a una vasta cantidad de información no necesariamente esta correlacionado con su calidad.

¿Fake news, información falsa, o mal periodismo?

Como podrá notar a lo largo del siguiente texto, insistiré en utilizar el término “Información falsa” para referirme tanto a noticias, como mensajes y otro tipo de contenido que no sea veraz, esto con el fin de evitar la etiqueta “Fake news” (noticias falsas). ¿Por qué? Quizás, el primer paso sea analizar una definición de “noticas falsas”.

Egelhofer y Lecheler (2019), quienes hacen una exhaustiva revisión del tema, nos explican que este término tiene 2 dimensiones: por un lado, las noticias falsas como un género (creación deliberada de desinformación pseudo-periodística) y por otro, el de un vocablo utilizado para deslegitimar una noticia de un medio de comunicación. Respecto a la primera dimensión, las autoras nos explican que las “noticias falsas como género” son encontradas frecuentemente en medios virtuales de dudosa reputación que imitan a medios de comunicación “serios”, contienen información que no es verdadera y son creadas deliberadamente con el fin de engañar. Por otro lado, la segunda dimensión se refiere a esta expresión utilizada de manera indiscriminada tanto por personas como por figuras públicas para deslegitimar una noticia de la cual no se acepta su contenido. El problema aquí es que rápidamente “noticias falsas” se puede convertir en una muletilla para invalidar una noticia que no nos agrade, aunque su información sea verdadera, lo cual llena de ruido las labores realizadas por medios de comunicación o instancias que se dediquen a la divulgación de información.

Ahora bien, ¿una noticia mal hecha por un medio de comunicación o una “noticia parodia” son “noticias falsas”? Según las autoras no necesariamente, pues para el primer caso el periodismo al ser una actividad realizada por seres humanos tiene posibilidades de fallar, por lo que sería más adecuado indicar que es una noticia sesgada o tendenciosa. Sin embargo, las autoras también proponen que si después de cierto tiempo se puede comprobar que un medio de comunicación ha publicado información falsa respecto a un mismo tema y no se ha preocupado por presentar ningún tipo de corrección, a esto ya no se le podría llamar “mal periodismo”, sino que se entraría dentro de la clasificación de fake news. En el caso de las noticias parodia, estas no tendrían como fin el engaño, sino más bien el entretenimiento por medio de una exageración de un hecho real o inventado.

Combatiendo la información falsa

Me parece necesario acordarnos que se supone que los medios e instituciones que divulgan información se nutren del trabajo de profesionales en comunicación (principalmente periodistas), quienes deberían velar por la veracidad de las declaraciones presentadas. Pero, ante el aumento de información de falsa ¿Cuál ha sido la respuesta de los medios de comunicación tradicionales, o de aquellas instancias que gozan de cierta legitimación ante la mirada de las personas en general?

En nuestro país, desde el 2018 las plataformas de auditoria de discurso público han sido uno de los mecanismos principales para luchar contra la circulación de información falsa. Estos espacios buscan corroborar la veracidad de noticias periodísticas, información que esté circulando por medio de plataformas de mensajería instantánea (WhatsApp, Telegram, Messenger), afirmaciones hechas de manera pública, blogs, etc. Entre ellas podemos citar: #NoComaCuento (La Nación), #NoCaiga (CRHoy), No Se Vaya Pollo (La Teja), Doble Check (Universidad de Costa Rica) y Gobierno Aclara (Casa Presidencial).

Llama la atención que en nuestro país dicha auditoría no solamente es realizada por medios de comunicación de corte más tradicional, sino que también encontramos al Gobierno Central y a la UCR sumándose a la iniciativa. Podemos ver como la necesidad de corroborar la información y desmentir falsedades trasciende a los medios de comunicación e involucra a otro tipo de instituciones, pues como mencioné antes, la rápida circulación de este tipo de información hoy en día se da a una gran velocidad y puede generar efectos adversos en quienes la consumen.

¿Son estas plataformas infalibles? Responderé la pregunta con un ejemplo reciente. El pasado 16 de enero la plataforma #NoCaiga del diario digital CRHoy anunciaba que Casa Presidencial había creado una noticia falsa respecto al atractivo turístico del país. El viernes 17 de enero la plataforma Doble Check refutaba la refutación (valga la redundancia) de CRHoy con nuevos datos, y al mismo tiempo aprovechaba para aclarar cuales puntos de la noticia de Casa Presidencial eran errados. Como podemos ver, estos espacios no son infalibles, sin embargo, son un paso fundamental para poder esclarecer dudas e información que aparezca de manera incompleta o errada.

Las iniciativas no terminan ahí, también se puede citar el ejemplo del Tribunal Supremo de Elecciones, quien buscó una alianza con Facebook y Twitter para impartir talleres y capacitaciones que ayudaran a detectar “noticias falsas” durante el periodo de las pasadas elecciones municipales. (El Observador, 2 de octubre, 2019)

¿Cuáles pueden ser nuestras herramientas de combate?

Sin duda alguna, recurrir frecuentemente a estas plataformas de auditoría de información es un buen paso para corroborar que lo que hemos estado leyendo sea veraz. Sin embargo, como mencioné antes, la cantidad de información es excesiva y necesitamos herramientas para enfrentarnos a la información falsa que anda circulando, pues como hemos visto, los medios tradicionales no están exentos de cometer errores.

La plataforma Doble Check nos recomienda 3 pasos fundamentales para detectar fake news, que a mi parecer también pueden ser útiles para detectar información falsa: chequear las fuentes de la información, averiguar qué dicen otros medios respecto un mismo tema y verificar sobre qué se están sustentando los datos que se dan. A esto me parece necesario agregarle: intentar revisar que las citaciones no estén fuera de contexto, y en el caso de que el medio sea audiovisual, buscar videos originales o diversos de un mismo acontecimiento para corroborar que no estemos viendo contenido manipulado o editado a conveniencia.

El informe “Audiencias noticiosas de medios digitales: redes sociales, whatsapp y noticias falsas” (Brenes, Perez y Siles, 2019) publicado por el Instituto de Investigaciones Psicológicas, el Centro de Investigación y Estudios Políticos y el Centro de Investigaciones en Comunicación de la Universidad de Costa Rica, demuestra como las plataformas virtuales se han vuelto fundamentales para acceder a información, dándose un especial uso de estas en la población joven. Partiendo de esto, me parece necesario como personas jóvenes exigir a diversas instituciones que se intensifiquen las capacitaciones a esta población, en donde se brinden herramientas para detectar información falsa y se genere una relación crítica respecto al uso de las plataformas mencionadas.

La Información falsa siempre ha existido y seguirá existiendo y probablemente su producción se complejizará. La necesidad de combatir la desinformación se vuelve imperativo para nosotros como personas jóvenes en un mundo en donde la pos-verdad y la información engañosa se hacen presentes a cada minuto.

Referencias Bibliográficas:

-Carlos Brenes, Rolando Pérez e Ignacio Siles (2019) Informe de resultados del estudio de opinión sociopolítica “audiencias noticiosas de medios digitales: redes sociales, whatsapp y noticias falsas. Universidad de Costa Rica.

-Jana Laura Egelhofer & Sophie Lecheler (2019) Fake news as a two-dimensional phenomenon: a framework and research agenda, Annals of the International Communication Association, 43:2, 97-116,